Kit para un día de playa: lo que no debes olvidar (y lo que puedes dejar en casa)

Ah, como nos gustaría poder ir a la playa con solo un libro y nuestra protección solar favorita en la mano. En realidad, nuestros días de playa suelen implicar carretear por la arena pesadas bolsas llenas de toallas, snacks, protectores solares (más de uno – y de dos si vienen los peques), libros, cartas, revistas… ¡Todo eso para solo una mañana! Seguro que conoces el concepto “armario cápsula”, el proceso por el que eliminas todo lo superfluo y que prácticamente nunca -o nunca- utilizas y dejas en tu armario solo los básicos. Vamos a hacer lo mismo, pero con tu bolsa de la playa.  ¿El objetivo? Que elijas conscientemente qué te vas a llevar a la orilla del mar y no llenes tu capazo de múltiples porsiacasos. Créenos, tu espalda te lo agradecerá.

La protección solar no es opcional

Vamos a empezar por lo que sí o sí, tienes que llevar. Si vas a estar más de dos horas en la playa, o piensas zambullirte en el mar (créenos, con el calor que está haciendo últimamente nadie te salva de meter los pies en el agua), en tu bolsa de playa no puede faltar tu protección solar.  En nuestro caso, siempre llevamos dos: uno facial y uno corporal. ¿Tienes peques en casa y llevas más de 4 protectores solares distintos? ¡Tenemos la solución! ¿Sabías que los protectores solares para los más pequeños también los podemos usar los mayores? ¡Escoge un fotoprotector todoterreno y olvídate de cargar con uno para cada miembro de tu familia!

Toallas, sillas, sombrillas… ¿siempre las necesitamos todas?

Aquí entran muchos factores. Tu sensibilidad al sol, si hay zonas de sombra en tu playa, el tiempo que vas a estar directamente bajo los rayos… y, evidentemente, tus preferencias personales. Nuestro consejo es que antes de cargar con la sombrilla, las sillas plegables y veinticinco toallas, te asegures de que vas a usarlo todo. Por ejemplo, si vas a pasar todo el día en la playa y no te gusta tumbarte en la arena, evidentemente te recomendamos que cojas la sombrilla y unas sillas para tu comodidad. Sin embargo, si solo estarás unas horas por la mañana, quizás puedes cambiar la sombrilla por un sombrero y las sillas por toallas. Sobre estas últimas, cada uno tiene sus preferencias, pero recuerda que cuanto más mullidas son, más pesadas suelen ser. ¿Nuestra propuesta? Un pareo ligero para tumbarte encima de la arena y una toalla pequeña (puede ser de las de manos) para secar bien la piel. Así, no solo evitas cargar con todo el peso de una toalla enorme, sino que además evitas secarte con una toalla llena de arena. Pruébalo y ya nos lo agradecerás luego.

¿Tienes el cabello largo? Este consejo te interesa.

Si tu melena es cortita puedes saltarte este paso. Si lo tienes largo (o tu melena es difícil de controlar), te recomendamos encarecidamente que te lleves un peine. La sal, el viento y la arena son malos compañeros para nuestra melena, y un peine te ayudará a desenredar cualquier nudo y cuidar tu melena. ¿Sabías que es uno de los secretos de la melena de Claudia Constans

 “En mi bolsa de la playa siempre encontrarás un peine, además de mi fotoprotector ISDIN HydroOil SPF30”.

@coconstans, embajadora ISDIN

¿Nuestra recomendación? Peines con púas separadas que puedan deshacer nudos sin dañar la cutícula del cabello (recuerda que es mejor no cepillar el cabello mojado con un cepillo). Si quieres mantener tu cabello lo más cuidado posible, al salir del agua salada ve directa a las duchas de la playa y elimina los restos de sal y arena que puedas con la ayuda de tu peine. Luego, vuelve a tu toalla y no te olvides de reaplicar tu protección solar.

Escoge la actividad que haréis y llévate solo lo imprescindible

Seguro que te pasa cada vez que vas a la playa. Empiezas a cargar tu bolso de “porsiacasos” y al final acabas usando uno o quizás dos de todos los juegos/lecturas/actividades con las que has ido cargando. Entre el libro que tienes a medias, tu revista favorita, el librito de pasatiempos, una baraja de cartas, las palas, las mascarillas y el tubo de snorkel, el teléfono (con toda tu biblioteca de música) y posiblemente algún que otro juego de mesa portátil, ni que cada 20 minutos cambiaras de actividad te daría tiempo a disfrutar de todas. 

Evita sobrecargar tu bolsa (y tu espalda) acordando previamente qué actividades queréis hacer hoy. Si vas a ir más de un día a la playa, puedes dividirlas según el día. Por ejemplo, si te apetece leer, llévate o el libro o la revista, no ambos. Si vas a jugar en grupo, escoge un juego en lugar de llevar tres. Decirlo parece fácil, pero hacerlo… no lo es tanto. Inténtalo la próxima vez que vayas a la playa, ¡a ver si consigues reducir el peso de tu bolsa!

Finalmente (pero no por ello menos importante): escoge una bolsa ligera

Abandona los capazos de mimbre (sí, son preciosos, pero nada prácticos) y opta por bolsas de tela o de red: pesan nada y menos, apenas ocupan espacio y si se ensucian las puedes meter en la lavadora. Cargar con todo el peso extra de los cestos no le hace ningún favor a tu espalda. Si sigues enamorada de los capazos, opta por repartir el peso entre un capazo y una bolsa de tela, así tus hombros sufrirán menos.

En resumen, antes de ir a la playa con una carretilla llena, piensa bien en cuánto tiempo estarás en la arena, qué actividades querrás hacer y cómo optimizar el espacio y peso que puedes cargar. Eso sí, ¡no olvides disfrutar del sol con protección!

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