El colágeno es una de esas cosas que no se ven, pero se notan. Está ahí, como una red interna que sostiene la piel, le da firmeza, elasticidad y ese aspecto saludable que tanto valoramos. Sin él, la piel simplemente no sería la misma.
Pero con los años, el cuerpo deja de producirlo igual. Poco a poco, la piel pierde tersura, aparecen las arrugas, la flacidez… Señales normales del paso del tiempo, sí, pero que muchas veces nos pillan por sorpresa.
De repente, el colágeno está en todas partes: en cremas, suplementos, batidos… Y claro, surgen las preguntas: ¿realmente funciona? ¿Qué papel juega en la piel? ¿Merece la pena tomarlo o aplicarlo? En este artículo te lo contamos con claridad y sin rodeos: qué es el colágeno, por qué es tan importante y cómo puedes ayudar a tu piel a mantenerlo.
Índice de contenidos
¿Qué es el colágeno?

El colágeno es una proteína estructural esencial (de hecho, la más abundante del cuerpo) que funciona como el soporte arquitectónico de tu piel. Está formado por largas cadenas de aminoácidos que se enrollan como trenzas, creando fibras fuertes y flexibles que aportan firmeza, resistencia y elasticidad.
En lenguaje beauty: imagina que tu piel es un colchón. El colágeno serían los resortes internos que lo mantienen firme, liso y rebotón. Esta maravilla se produce en la dermis (la segunda capa de la piel), gracias a unas células llamadas fibroblastos, que son como pequeñas fábricas cutáneas trabajando sin parar.
¿De dónde proviene el colágeno?

El colágeno no cae del cielo (aunque ojalá). Tu cuerpo lo produce de forma natural, a partir de aminoácidos que obtiene de lo que comes. Sí, ese smoothie de frutas con proteína y vitamina C no solo es delicioso —también es un cóctel para que tu piel fabrique colágeno como una máquina.
Además, también podemos obtener colágeno de forma externa, como por ejemplo:
- Suplementos de colágeno hidrolizado: que ya vienen fragmentados para absorberse mejor.
- Productos tópicos con péptidos, retinoides o factores de crecimiento: no contienen colágeno en sí, pero estimulan su producción.
- Alimentos ricos en gelatina o cartílago (caldo de huesos, por ejemplo): fuente directa de colágeno natural.
- Dieta rica en vitamina C, zinc, cobre y antioxidantes esenciales.
Una buena alimentación no solo ayuda a producir colágeno, sino que es fundamental para la salud general de tu piel, tu energía y tu bienestar. Porque cuando nutres tu cuerpo desde dentro, se nota por fuera.
Factores que afectan a los niveles de colágeno natural de la piel

Como ya vimos, tu cuerpo tiene la increíble capacidad de producir colágeno por sí solo, siempre que le des los nutrientes y condiciones adecuadas. Pero (sí, hay un pero), hay ciertos factores que pueden sabotear esa producción o acelerar su degradación. Y conocerlos es clave para poder actuar a tiempo.
Estilo de vida (o lo que la ciencia llama: el exposoma)
Todos esos hábitos diarios que parecen pequeños —como dormir poco, comer mal, no usar protector solar o vivir con estrés— tienen un impacto real en tu piel. A este conjunto de factores externos que influyen en cómo envejece tu piel, la ciencia le ha puesto nombre: exposoma.
El exposoma incluye todo lo que rodea tu piel y tu cuerpo: radiación UV, contaminación, clima, alimentación, sueño, tabaco… y cómo estos elementos afectan a nivel celular. ¿Por qué importa? Porque influyen directamente en la capacidad de tus fibroblastos para producir colágeno y en la degradación acelerada del que ya tienes.
¿Lo sabías? Según los estudios, la disminución de la producción de colágeno está direcamente relacionada con el daño solar, además de con el envejecimiento cutáneo.
La edad

Es natural: a partir de los 25-30 años, la producción de colágeno comienza a disminuir progresivamente, a un ritmo aproximado del 1% por año. Esto se traduce en una piel que, con el tiempo, pierde firmeza, aparece más flácida y con líneas de expresión más marcadas. Es un proceso biológico inevitable, pero no incontrolable: ¡con buenos hábitos, se puede ralentizar!
Factores hormonales
Las hormonas, en especial el estrógeno, tienen un papel vital en la producción de colágeno. Durante la menopausia, por ejemplo, los niveles hormonales caen, y con ellos también lo hace el colágeno dérmico (hasta un 30% en los primeros cinco años). Por eso es tan común notar cambios visibles en la piel en esta etapa: se afina, se vuelve más seca y pierde elasticidad.
Aunque no podemos detener el tiempo (ni evitar todos los factores del exposoma), sí podemos tomar decisiones que ayuden a proteger y estimular nuestro colágeno natural.
La glicación
Otro gran enemigo silencioso del colágeno es la glicación. Suena técnico, pero es más común de lo que crees: ocurre cuando hay un exceso de azúcar en el cuerpo, y este se ‘pega’ a las fibras de colágeno y elastina, endureciéndolas y debilitándolas. Además, la glicación no solo afecta la calidad del colágeno, sino que acelera su degradación, haciendo que las fibras pierdan su capacidad de sostén. Y sí: una dieta alta en azúcares refinados, fritos o procesados favorece este proceso.
Cómo mantener los niveles de colágeno en tu piel
1. Usa protector solar todos los días
Es un must en tu rutina y un acto de amor hacia tu piel. No hablamos solo de prevenir arrugas: el 80% del envejecimiento prematuro se debe al sol, y también está directamente relacionado con daños más serios, como el cáncer de piel. El SPF protege tu colágeno, evita manchas, y frena la degradación a corto y largo plazo. Hay uno para cada tipo de piel y gusto —fluido, con color, mineral, invisible—. Encuentra el tuyo y que no te falte ni un solo día.
2. Suma hábitos saludables a tu estilo de vida
Los pequeños gestos diarios marcan una gran diferencia. Dormir lo suficiente permite que tu piel active su modo reparación natural, justo cuando se produce más colágeno. Cenar ligero, leer un libro en vez de mirar el móvil antes de dormir o tomar un té en lugar de otro café son formas sencillas de cuidar tu ritmo biológico. Y sí: más frutas, más verduras, menos procesados.
3. Descubre ingredientes que activan tu colágeno

Tu piel no necesita que le pongas colágeno encima —lo que necesita es que la estimules a producirlo mejor. Ingredientes como el retinal aumentan la actividad de los fibroblastos, los péptidos actúan como señales moleculares y la vitamina C no solo es antioxidante, sino que participa activamente en la síntesis de colágeno. Te recomendamos:
- Retinal Intense o Retinal Smooth: contienen retinaldehído (más potente que el retinol y mejor tolerado), ideal para promover colágeno con menor riesgo de irritación que otros retinoides.
- Flavo-C Ultraglican: combina vitamina C pura con ultraglicanos y ácido hialurónico para una piel más firme e hidratada desde las primeras aplicaciones.
- Age Reverse Night: con melatonina, carnosina y péptidos biomiméticos que trabajan mientras duermes para reparar y activar la piel.
Preguntas frecuentes sobre el colágeno
1.¿Sirve de algo aplicar colágeno directamente en la piel?
Este es un mito muy común. Aunque existen cremas que dicen contener colágeno, la molécula es demasiado grande para penetrar la piel. Es decir, no va a “rellenar” ni a regenerar colágeno directamente. Sin embargo, pueden tener un efecto hidratante superficial. Lo más eficaz es usar activos que favorezcan tu propia producción de colágeno, como retinoides, péptidos o vitamina C.
2. ¿El colágeno solo es importante para personas mayores?
Falso. La producción de colágeno comienza a disminuir a partir de los 25 años, así que es buena idea empezar a cuidarlo desde etapas tempranas, incluso cuando aún no hay signos visibles de envejecimiento. Prevenir siempre es más efectivo que corregir, y mantener niveles óptimos de colágeno desde joven puede marcar la diferencia a largo plazo.
3. ¿Tomar suplementos de colágeno funciona realmente?
Los suplementos de colágeno hidrolizado sí tienen respaldo científico, especialmente cuando se combinan con vitamina C. Estudios han demostrado que pueden mejorar la elasticidad, firmeza e hidratación de la piel con el uso constante (mínimo 8-12 semanas). Eso sí, no reemplazan una buena rutina ni hábitos saludables: son un complemento, no una solución mágica.
Los beneficios del colágeno en tu piel son muchos

Los beneficios del colágeno en tu piel son muchos, y se notan: más firmeza, más elasticidad, mejor textura y ese glow saludable que todas buscamos. Pero más allá de lo visible, cuidar tu colágeno es es una inversión a largo plazo. Y lo mejor es que no necesitas grandes cambios, solo decisiones conscientes que, con el tiempo, suman.
Desde lo que eliges aplicar, hasta cómo comes, cómo descansas y cómo te cuidas en lo cotidiano. Tu piel recuerda lo que haces por ella. Y si la acompañas bien, te lo devuelve con creces.
Artículo escrito y revisado por:
Belinda es periodista y copywriter creativa. Tras años de experiencia, decidió fusionar sus habilidades de escritura con su amor por el skincare, convirtiéndose en una especialista en la materia. ¿Su imprescindible? Un buen bálsamo de labios.