Qué es el fotoenvejecimiento y cómo prevenirlo

Envejecer es un proceso natural. Es algo que nos pasa a todos desde el día en que nacemos. Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado por qué hay personas que aparentan tener más años, mientras otras parecen no envejecer nunca?

Además de que te toque la lotería genética, hay otros factores externos que juegan un gran papel en cómo envejece nuestra piel. ¿Sabías que el 80% del envejecimiento de la piel es causado por la exposición solar?

Estamos aquí para explicar los efectos de este fenómeno – conocido también como fotoenvejecimiento o photoaging –  además de los pasos esenciales para ayudar a prevenirlo y repararlo. ¿Nos acompañas?

Primero, hablemos de la luz del sol

El sol es una parte esencial de la vida y contribuye a nuestro estado de ánimo y bienestar. Además, cumple una función esencial para la síntesis de vitamina D. Sin embargo,  emite contínuamente algo llamado radiación electromagnética. Aunque suene complicado, seguro que ya estás familiarizada con algunos de los tipos de radiación: ultravioleta A (UVA) y ultravioleta B (UVB). Estos dos tipos de radiación solar afectan a tu piel a corto y largo plazo.

¿Qué es el fotoenvejecimiento?

En ISDIN, hablamos mucho de fotoenvejecimiento. De hecho, nos consideramos expertos en la materia. Pero, ¿qué es exactamente? La pista te la dará el prefijo “foto-”, es decir, “relativo a la luz”. En este caso, la luz UV que emite el sol. “El fotoenvejecimiento o photoaging se refiere al proceso por el que la radiación solar acelera los signos de envejecimiento de la piel, como manchas solares y líneas de expresión,” – comparte la Dra. Aurora Garre,  ISDIN Medical Director. Y acelera el envejecimiento mucho más que cualquier otro factor externo.

Así es como sucede:

La radiación UV llega a tu piel

¿Los rayos UVA de los que hablábamos? Son los responsables del daño a largo plazo y del fotoenvejecimiento (o los efectos del sol en la piel). “Debido a que penetran en profundidad y dañan el colágeno de la piel, los rayos UVA contribuyen a la aparición de líneas finas y arrugas”, indica la Dra. Garre.

Y es que los rayos UVA son un poco escurridizos. A diferencia de los rayos UVB, no causan quemaduras ni daño inmediato a la piel. Ni tampoco se cogen días de fiesta: la radiación UVA penetra a través de las ventanas, así que, estés dentro o fuera, puede causar efectos a largo plazo en tu piel.

Demasiado sol provoca radicales libres en tu cuerpo

La radiación UV, además, puede provocar algo llamado “radicales libres”. Seguro que has oído hablar de ellos. Los radicales libres son moléculas inestables que destruyen las proteínas en las capas más profundas de la piel, causando daño celular.

Nuestro cuerpo intenta luchar contra estos radicales libres

Por suerte, tu cuerpo tiene una defensa natural contra estos radicales libres: la producción de antioxidantes. La Dra. Garre nos lo explica: “Los antioxidantes ayudan a neutralizar los radicales libres y contrarrestar los efectos de la radiación UV.”

Cuando este daño se acumula, aparecen los signos de la edad

¿Y qué pasa cuando la cantidad de radicales libres se acumula tanto que nuestras defensas naturales ya no pueden combatirla? Aparece el llamado “daño oxidativo”, que se traduce en – lo has adivinado – signos visibles de la edad.

¿Cómo es una piel dañada por el sol? 

Envejecer es un proceso natural (e inevitable). Nuestro cuerpo ralentiza la producción de elastina y colágeno a medida que pasan los años, provocando una pérdida de elasticidad en nuestra piel.

¿Qué pasa cuando el daño solar entra en acción? Según la Dra. Garre, “la exposición solar puede provocar que los signos visibles de la edad aparezcan hasta 20 años antes”. Y, aunque las arrugas no son nada a lo que temer, seguramente tampoco quieras que aparezcan antes de tiempo.

El daño solar es la causa principal de:

Líneas finas y arrugas

Manchas y tono irregular

Falta de luminosidad

Falta de firmeza

¿Cómo puedo proteger mi piel contra el fotoenvejecimiento? 

Afortunadamente, hay cuatro cosas claves que podemos hacer para cuidar de nuestra piel y posponer el fotoenvejecimiento. Lo crucial es integrar estos hábitos de fotoprotección (y cuanto antes, mejor).

1. Utiliza protección solar todos los días

Aplicar protección solar a diario reduce la cantidad de rayos UV que absorbe nuestra piel. Así que asegúrate de proteger tu piel de la radiación solar todos los días, sea cuál sea la previsión meteorológica. 

Escoge un fotoprotector con SPF alto (al menos SPF30) para protegerte a diario y ayudar a prevenir los signos visibles de daño solar. Conviértelo en un paso imprescindible en tu rutina todas las mañanas y recuerda llevar un fotoprotector extra en el bolso para poder reaplicar tu SPF ¡estés dónde estés!

2. Aplica tu fotoprotección correctamente

Sí, aunque ya utilices protección solar, es importante hacerlo bien:

  • Presta especial atención a las áreas expuestas al sol, especialmente el rostro, cuello, escote y manos para reducir los signos visibles del fotoenvejecimiento.
  • Incorpora la protección solar a tu rutina diaria. ¡Que no solo sea el último paso de tu cuidado facial! Llévala siempre encima y reaplica al menos cada dos horas.
  • Recuerda la regla de los dos dedos: dos líneas de la mano a la punta del dedo, eso es todo lo que necesitas para proteger rostro y cuello. Para el cuerpo, con dos cucharadas (unos 30ml) de fotoprotección tendrás suficiente.
  • ¿Sabías que los labios muestran antes los signos del envejecimiento? La piel de los labios es muy fina y delicada, así que asegúrate que tu bálsamo labial es de SPF 30, como mínimo.

3. Evita las horas de más sol

No podemos apagar el sol cuando nos apetece, pero sí que podemos limitar nuestra exposición cuando sus rayos son más dañinos: entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, cuando la radiación es más fuerte.

4. Busca refugio en tu armario

También puedes proteger tu piel del sol y del fotoenvejecimiento con ropa con protección solar (busca el indicador UPF50+). Intenta, también, mantener las áreas más sensibles de tu cuerpo cubiertas: rostro, cuello y escote.

¡No olvides proteger tus ojos! Escoge gafas de sol de buena calidad que protejan tus ojos del daño solar.

¿Se puede reparar la piel dañada por el sol? 

¿Ya notas los efectos de la exposición solar en tu piel? No te preocupes. Aquí tienes 3 claves que te ayudarán a reparar los signos del fotoenvejecimiento. ¡Atenta!

1. Repara el daño solar con antioxidantes

Como comentábamos más arriba, los antioxidantes son la herramienta perfecta para combatir el estrés oxidativo y, por tanto, el fotoenvejecimiento. Así que si lo que buscas es reparar el fotoenvejecimiento derivado del daño solar en la piel acumulado, los productos con vitamina C y otros antioxidantes serán tu mejor aliado.

Los sérums, en concreto, son fórmulas completas que aportan a tu piel el cuidado antioxidante que se merece. Puedes buscar un sérum antioxidante diario de día, como Flavo-C Forte, o un sérum reparador de noche como Flavo-C Melatonin, con melatonina. Este último ingrediente, además, actúa como un antioxidante directo para ayudar a reparar la piel por la noche.

2. Revitaliza tu piel con los ingredientes adecuados

Si has empezado a notar manchas en la piel o tu objetivo es igualar el tono, busca fórmulas iluminadoras con ingredientes como ácido glicólico o ácido fítico. Estos ingredientes ayudan a corregir imperfecciones, igualar el tono de la piel y reducir la intensidad y número de manchas producidas por el sol.

Si tu preocupación son las arrugas, busca ingredientes que ayuden a acelerar la renovación cutánea como el retinaldehído. Este icono  antienvejecimiento reduce visiblemente las arrugas y líneas de expresión para una piel más lisa, uniforme y de aspecto más joven.

3. Descubre la fotoprotección que va más allá

Como sabes, la radiación solar afecta al ADN celular de la piel. Con fórmulas innovadoras, tu protección solar puede hacer más que protegerte de la radiación: te puede ayudar a revertir sus efectos.

Gracias a los DNA Repairsomes®, la gama de fotoprotectores Age Repair protege, repara y revierte el daño causado por el sol. Escoge entre la versión clásica o con color para unificar el tono de la piel.

Ya lo ves, aunque el proceso del fotoenvejecimiento puede parecer algo complicado, mantener una rutina antifotoenvejecimiento es mucho más simple. ¡Apuesta por el combo de fotoprotección e ingredientes antioxidantes para una piel sana y bonita a cualquier edad!

Referencias:
Pandel, R. Skin Photoaging and the Role of Antioxidants in Its Prevention. Acceso: diciembre 2022.
L Chien, A. Photoaging. Acceso: diciembre 2022.
Cook, M. Photoaging (Sun Damage). Acceso: diciembre 2022.

¿Tienes dudas o comentarios? Escríbenos a consumercare.es@isdin.com indicando el título del artículo en el asunto y te responderemos lo antes posible. ¡Muchas gracias!

Artículo escrito y revisado por:

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Nuestro homónimo encarna el espíritu de abrazar la vida y todas sus maravillas. Como periodistas especializaciones en la salud y bienestar de la piel, exploramos temas que vigorizan los sentidos y mantienen viva la curiosidad. Creemos que una piel radiante es el resultado de un cuerpo y una mente saludables. Tejiendo belleza con ciencia, nuestro objetivo es inspirarte a vivir joven en cada edad.