No importa si tu piel es seca, sensible, grasa o mixta: en verano, las reglas del cuidado facial cambian. El calor, la humedad, el sudor y la exposición al sol exigen una atención especial.
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Lo cierto es que el calor y los brotes de acné pueden estar relacionados, pero reducir los granos en verano es posible y, de hecho, es más fácil de lo que parece.
De repente, el colágeno está en todas partes: en cremas, suplementos, batidos… Y claro, surgen las preguntas: ¿realmente funciona? ¿Qué papel juega en la piel? ¿Merece la pena tomarlo o aplicarlo?
¿Te vas de vacaciones? ¿Una escapada exprés por trabajo? ¿O quizá vuelves a casa para abrazar a los tuyos? Sea cual sea tu motivo, subirse a un avión siempre tiene algo especial.
Te sueltas el pelo, te pones el pijama y tu piel… bueno, tu piel ha estado ahí contigo todo el día, aguantando lo suyo. Y aunque la tentación de dejarlo para mañana es real, hay un gesto pequeño que lo cambia todo: desmaquillarte.
Con la llegada del buen tiempo, todo nos recuerda al verano. La ropa más ligera, los planes al aire libre… y sí, también esa luz especial que queremos ver reflejada en la piel.
Ya lo dice el refrán: “La primavera la sangre altera”, aunque quizá deberíamos decir… ¡la primavera la piel altera!
La vitamina C siempre ha estado ahí. En el desayuno, en los catarros, en los días que necesitábamos un extra de energía. Pero ahora, más allá del zumo y los recuerdos, se ha colado en nuestros neceseres como un imprescindible del cuidado de la piel.
Mismo espíritu, distinta energía. Ambos ofrecen protección de alto nivel y una textura que enamora, pero han sido creados para responder a necesidades diferentes
Cada clima tiene lo suyo. Algunos te regalan días radiantes, otros te obligan a sacar la bufanda… pero todos, de una forma u otra, influyen en cómo se comporta tu piel.
¿Creías que la piel solo se clasifica como normal, mixta, grasa o sensible? Esa es solo una parte. Hay otra forma igual de importante de conocerla: los fototipos.
Cuenta la leyenda que los tigres de Bengala se revolcaban en la centella asiática para curar sus heridas. Hoy la ciencia confirma su poder regenerador. Este extracto natural calma, repara y revitaliza la piel como pocos ingredientes.












