Skincare para viajar: cómo cuidar tu piel en el avión y aterrizar con buena cara

skincare para avión

¿Te vas de vacaciones? ¿Una escapada exprés por trabajo? ¿O quizá vuelves a casa para abrazar a los tuyos? Sea cual sea tu motivo, subirse a un avión siempre tiene algo especial. Ese cosquilleo de emoción, las ganas de llegar… y, seamos sinceros, también un pelín de estrés. Porque entre hacer la maleta, organizar todo y cruzar los dedos para que el vuelo no se retrase, lo último en lo que pensamos es en cómo va a reaccionar nuestra piel entre las nubes.

Y claro, luego pasa lo que pasa: te sientas en tu asiento, cierras los ojos un segundo… y al aterrizar, ¡sorpresa! Piel seca, apagada, tirante, como si no hubiera dormido en días. El aire súper seco de la cabina, los cambios de presión y ese aire reciclado no ayudan nada.

Pero que no cunda el pánico: con un poco de mimo, puedes mantener ese glow viajero desde que despega el avión hasta que recoges la maleta en destino. Vamos a contarte qué le pasa a tu piel cuando vuelas y cómo cuidarla antes, durante y después para que tú disfrutes del viaje… y tu piel también.

¿Qué le pasa a tu piel cuando estás en un avión?

Volar crea el escenario perfecto para que la piel cansada y apagada haga acto de presencia. En redes sociales, incluso se ha bautizado como flight face, y no es para menos: el entorno dentro de una cabina puede provocar falta de luminosidad, sequedad, hinchazón… e incluso efectos a más largo plazo.

cómo cuidar la piel en el avión

El aire de la cabina puede deshidratarla

Cuando vuelas a miles de metros de altura, no solo tú estás fuera de tu rutina: tu piel también nota el cambio. El aire en la cabina es muy seco—la humedad puede bajar del 20%, bastante lejos del 40-70% que a nuestra piel le gusta para estar cómoda y equilibrada.

¿Y qué pasa con eso? Pues que tu piel empieza a perder hidratación más rápido de lo normal (sí, eso tiene nombre técnico: pérdida de agua transepidérmica). Lo puedes notar como tirantez, sequedad o esa sensación de que te falta un extra de mimo. Si además tienes la piel sensible o condiciones como eccema, psoriasis o rosácea, es posible que lo notes un poquito más.

La presión del aire puede causar hinchazón

Si alguna vez has bajado de un avión con la cara un poco hinchada o los tobillos marcados por los calcetines, no estás imaginando cosas. La culpa la tiene, en parte, la presión del aire dentro de la cabina. Durante el vuelo, el cuerpo se adapta a un entorno con menos oxígeno y menor presión atmosférica. Y aunque no lo notemos mucho a nivel físico, por dentro se mueve todo: la circulación se vuelve más lenta y, como estamos sentados durante horas sin apenas movernos, el líquido tiende a acumularse. Resultado: esa sensación de hinchazón, sobre todo en la cara y las extremidades.

Súmale ese clásico antojo de snacks salados a bordo—¿quién no ha pedido tomate o cacahuetes sin saber muy bien por qué?—y ya tienes el cóctel perfecto para sentirte un poco hinchado al aterrizar.

Estás más cerca del sol (literalmente)

Cuanto más alto estás, más cerca estás también de los rayos UV. Y aunque parezca que la ventanilla te protege, en realidad no bloquea del todo la radiación solar. Así que si te toca asiento de ventanilla y te pasas varias horas con el sol dándote de lleno en el rostro, es muy posible que tu piel esté absorbiendo más rayos de los que imaginas. Y aunque no te quemes, esa exposición acumulada puede favorecer el envejecimiento prematuro, también conocido como fotoenvejecimiento: arruguitas, manchas, pérdida de elasticidad…

La guía perfecta para cuidar tu piel cuando vuelas

cómo cuidar la piel en el avión

Antes de despegar: es hora de preparar tu piel

La clave está en empezar antes de poner un pie en el avión. Porque una piel bien preparada… es una piel que viaja mejor.

  1. Exfolia la noche anterior: usar un gel exfoliante la noche antes del vuelo ayuda a eliminar células muertas, suavizar la textura y dejar el camino libre para que los siguientes productos penetren mejor. Combínalo con un sérum antiimperfecciones que también ayude a reducir arrugas mientras duermes—y si lo puedes llevar en formato mini para el viaje, ¡mejor que mejor!
  2. Hidrata y protege: antes de salir al aeropuerto, apuesta por un combo ganador: sérum, crema hidratante y protector solar. Y si todos llevan ácido hialurónico, mejor aún: este ingrediente estrella ayuda a mantener la hidratación, mejora la elasticidad, estimula el colágeno y contribuye a reparar la barrera de la piel.
  3. El maquillaje mejor para después: si el vuelo es largo, lo ideal es ir con la piel lo más limpia posible. Saltarte la base y los productos pesados permite que tu piel respire mejor. ¿Te apetece un poco de color? Prueba con un protector solar con color, que además de unificar el tono, cuida tu piel durante todo el trayecto.

Durante el vuelo: una pequeña rutina de skincare para el avión

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Una vez que el avión está en el aire, es momento de cambiar el enfoque: toca centrarse en mantener la hidratación y en proteger la piel de los pequeños (pero poderosos) factores que la pueden estresar durante el vuelo.

  1. Reaplica tu hidratante a lo largo del vuelo: ten a mano una versión mini de tu crema hidratante y aplícala en pequeñas cantidades siempre que sientas la piel tirante o seca. En vuelos largos, ¡tu piel te lo va a pedir!
  2. Hidrátate por dentro: beber agua durante el vuelo es tan importante como lo que te pongas en la piel. Intenta tomar un vaso cada hora, y si puedes, evita el alcohol y el café, que pueden deshidratar aún más.
  3. No subestimes el sol en la ventanilla: sí, ese asiento con vistas increíbles también trae algo de radiación solar. Los rayos UVA, los que están más relacionados con el envejecimiento, pueden atravesar los cristales. Lleva un protector solar de amplio espectro con SPF alto y reaplicalo cada dos horas, como recomiendan los dermatólogos.
  4. Cuida tus manos, uñas y labios: el aire seco afecta a todo el cuerpo, no solo al rostro. Lleva un buen bálsamo labial, una crema de manos hidratante y un fortalecedor de uñas. Son detalles pequeños que hacen una gran diferencia durante el vuelo.

Después del vuelo: tu piel también necesita aterrizar

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Viajar cambia el ritmo de todo, incluida tu piel, así que dedicarle unos minutos a calmarla, hidratarla y devolverle el confort es una forma sencilla de ayudarte a ti también a ‘aterrizar’.

  1. Una limpieza suave, pero efectiva: después de horas respirando aire seco y tocándote la cara sin querer mil veces, tu piel se merece un buen respiro. Dale un momento de limpieza suave pero eficaz con tu limpiador en aceite favorito—si es formato mini, mejor que mejor. Elimina impurezas, hidrata y devuelve ese glow que se quedó en el aire.
  2. Despierta tu mirada: ¿Vuelo de madrugada? ¿Llegas tarde? Da igual la hora, los ojos lo notan. Regálale a tu contorno una solución fresquita que hidrate, descongestione y diga: “aquí no ha pasado nada”. En pocos minutos, mirada más viva y tú con mejor cara.
  3. SPF, siempre SPF: Ya has aterrizado, pero el sol no se va de vacaciones. Sigue protegiendo tu piel con tu protector solar de confianza, sobre todo si vas a patear la ciudad o pasar tiempo al aire libre. Porque cuidarse del sol no es solo cosa de playa ni de verano—es de todos los días.

¿Cuál es tu próximo destino?

Con tu neceser listo y las ganas de explorar a flor de piel, tu próximo destino pinta de maravilla. Pero más allá del lugar al que vayas, hay un viaje que siempre merece la pena: aprender a cuidar, proteger y mimar tu piel. Es un recorrido personal, bonito, y lo mejor es que ya lo has empezado.

Estos pequeños gestos de cuidado que aplicas en pleno vuelo pueden acompañarte también en tierra firme. Úsalos cuando tu piel te pida un extra de cariño—ya sea camino a la oficina o rumbo a una playa de ensueño (ojalá lo segundo, ¿verdad?). Porque cuidarse no entiende de coordenadas: cabe en un botecito pequeño y en un ratito solo para ti.

¿Tienes dudas o comentarios? Escríbenos a consumercare.es@isdin.com indicando el título del artículo en el asunto y te responderemos lo antes posible. ¡Muchas gracias!

Artículo escrito y revisado por:

Senior Copywriter y Periodista en ISDIN

Belinda es periodista y copywriter creativa. Tras años de experiencia, decidió fusionar sus habilidades de escritura con su amor por el skincare, convirtiéndose en una especialista en la materia. ¿Su imprescindible? Un buen bálsamo de labios.