Aunque a veces nos gustaría que desaparecieran, lo cierto es que los poros son esenciales para que la piel funcione bien.
Belleza
Su salto a la fama llegó cuando empezó a aplicarse como ingrediente en tratamientos estéticos por sus extraordinarias propiedades antiaging, pero hay más que eso.
No importa si tu piel es seca, sensible, grasa o mixta: en verano, las reglas del cuidado facial cambian. El calor, la humedad, el sudor y la exposición al sol exigen una atención especial.
De repente, el colágeno está en todas partes: en cremas, suplementos, batidos… Y claro, surgen las preguntas: ¿realmente funciona? ¿Qué papel juega en la piel? ¿Merece la pena tomarlo o aplicarlo?
Tu piel refleja lo que comes, y hay alimentos que funcionan como verdaderos tratamientos de belleza naturales: hidratan, iluminan, protegen y te dan ese glow que ni el mejor iluminador puede lograr.
Te sueltas el pelo, te pones el pijama y tu piel… bueno, tu piel ha estado ahí contigo todo el día, aguantando lo suyo. Y aunque la tentación de dejarlo para mañana es real, hay un gesto pequeño que lo cambia todo: desmaquillarte.
La vitamina C siempre ha estado ahí. En el desayuno, en los catarros, en los días que necesitábamos un extra de energía. Pero ahora, más allá del zumo y los recuerdos, se ha colado en nuestros neceseres como un imprescindible del cuidado de la piel.
Es el momento de subir de nivel y apostar por un glow natural que nos acompañe en cada aventura: desde una escapada de Semana Santa hasta un paseo con amigas o ese primer día de playa que tanto esperábamos.
¿Dónde está el equilibrio entre una piel luminosa y una piel con exceso de sebo? Vamos a despejar todas las dudas y a descubrir qué tipo de brillo es el que realmente queremos en nuestra rutina.
La alimentación es un pilar clave en la salud de tu piel, aunque a menudo no le damos la importancia que merece. Lo que comes día tras día influye en su hidratación, su capacidad de regeneración y su resistencia ante agresiones externas.
No todos los antioxidantes son iguales ni actúan de la misma manera en la piel. Algunos destacan por su capacidad para neutralizar radicales libres, otros por su acción calmante o reparadora, y algunos combinan múltiples beneficios en una sola molécula.
Desde reducir el estrés y aumentar la flexibilidad hasta mejorar la concentración e incluso darle un extra de luz a la piel, el yoga es mucho más que una serie de posturas.