El cuidado de tu piel empieza aquí

Responde las 6 preguntas de este test de belleza y consigue una rutina personalizada con consejos exclusivos para ti.

Amar tu piel es cuidarla cada día

El paso del tiempo, el sol, la polución y tu estilo de vida tienen un impacto directo en la salud y el aspecto de tu piel, provocando la aparición de arrugas, manchas, irregularidades y falta de luminosidad. Identifica qué es lo que quieres mejorar y adapta tu rutina para proteger la piel de las agresiones externas, prevenir el envejecimiento prematuro, reparar la piel del daño oxidativo y/o corregir los signos de la edad.

Proteger y prevenir

Proteger y prevenir

Con el tiempo la piel se afina, empiezan a manifestarse líneas de expresión y aparecen manchas por el sol. Proteger tu piel del sol a diario, aportarle ingredientes antioxidantes y mantenerla hidratada es fundamental para prevenirlo.

Reparar y corregir

Los factores externos a los que estamos expuestos a diario producen un estrés oxidativo en nuestra piel que provoca arrugas, pérdida de firmeza, manchas hiperpigmentadas y cambios de tono. Reparar el daño diario y corregir las imperfecciones de la piel con activos antiedad te ayudará a combatir el envejecimiento de la piel.

Proteger y prevenir

Una rutina de belleza adaptada a las características de tu piel

Sentirte a gusto en tu piel empieza por sentirte bien con tu rutina. Cada piel es única, conocerla es fundamental para entender qué necesita, cómo cuidarla y seleccionar los productos más eficaces.

Una rutina de belleza adaptada a las características de tu piel

Cómo saber qué tipo de piel tengo

Piel normal

El sebo y la hidratación están en equilibrio. Su textura es regular, es suave y aterciopelada al tacto y no presenta problemas.

Piel seca

Produce menos sebo que la piel normal, por lo que su función barrera se ve deteriorada. Puede presentar descamación e incluso picor debido a la sequedad.

Piel mixta

Es una mezcla de varios tipos de piel. La parte central del rostro (frente, nariz y mentón) es más grasa y la zona de las mejillas es normal o seca.

Piel grasa

Tiene un exceso de sebo. Su aspecto es brillante, los poros están dilatados y presenta imperfecciones como puntos negros.

Piel sensible

Todos los tipos de piel pueden ser sensibles. Reaccionan de manera excesiva a los factores externos y/o internos, creando sensación de disconfort.

FAQ's

¿Qué es y cómo debe ser la rutina de belleza facial diaria?

La rutina de cuidado facial es ese momento del día en que te entregas por completo a mimar tu rostro. La piel facial es la más expuesta al daño ocasionado por factores externos como la radiación solar, la luz azul o la polución. Y también es la más proclive a manifestar los signos del paso del tiempo o del estilo de vida. Una rutina de cuidado diario te ayudará a reparar el daño oxidativo, prevenir los signos del envejecimiento prematuro y lucir una piel visiblemente más joven y saludable.


Cinco minutos al día es todo lo que necesitas para una rutina skincare perfecta. Lo más recomendable es establecer una sesión de mañana y otra de noche, ya que la piel no tiene las mismas necesidades al inicio que al final del día. Por la mañana, con la piel descansada, es el momento de prepararla para todos los estímulos y el desgaste que le espera. Y por la noche es necesario reparar el daño acumulado durante el día y acomodar la piel para ese proceso de regeneración natural que es el sueño.


Las rutinas de mañana y noche deben incluir productos diferentes que cubran las necesidades concretas de tu piel en cada situación. Por la mañana deberás proteger el rostro para ayudar a minimizar el impacto de la exposición a la radiación solar, la luz azul y la polución. Y por la noche puedes introducir productos que contribuyan a estimular la reparación que tu propio cuerpo realiza de forma natural durante el descanso y el sueño. La piel también tiene sus momentos y conviene saber adaptarse a ellos.

¿Qué tipo de productos son mejores para una rutina skincare facial?

Los mejores productos para una rutina de cuidado facial son aquellos que se adaptan a tu tipo de piel y a los resultados que busques en cada ocasión. Tu piel y tus necesidades cambian, pero los pasos de tu rutina skincare siempre son los mismos y tienes que saber recitarlos casi como tu nombre y apellidos.


Empieza tu rutina de belleza con un limpiador facial para eliminar suciedad e impurezas. La piel acumula residuos, tanto de día como de noche, y es importante retirarlas con un aceite limpiador o un agua micelar suave e hidratante que limpien la piel y la preparen para optimizar la acción del resto de productos de la rutina.


Continúa con un producto específico para zona orbicular, el área que rodea los ojos. La piel de esta zona es una de las más delicadas y finas del cuerpo, donde se reflejan con mayor intensidad factores como la edad o los hábitos de vida con la aparición de arrugas, líneas de expresión, bolsas y ojeras. Utilizar un contorno de ojos te ayudará a revitalizar la zona y recuperar una mirada fresca y descansada.


Si quieres añadir a tu rutina facial productos que estimulen la renovación de la piel, este es el momento: después de la limpieza y del contorno de ojos y antes de la hidratación. Facilitarás el proceso natural de renovación cutánea, ayudando a eliminar las células muertas y a mantener en buen estado el film hidrolipídico Es recomendable limitar su uso: aplícalos entre 2 y 3 veces por semana y hazlo de noche para que tu capa hidrolipídica protectora pueda regenerarse mientras duermes. Si tu piel no está acostumbrada a este tipo de productos, empieza con bajas concentraciones de ingredientes renovadores e increméntalas a medida que te adaptas.


El siguiente paso es la hidratación. Comienza con un sérum facial de absorción rápida, que tenga una alta concentración de ingredientes como vitaminas y antioxidantes para potenciar los beneficios de tu crema hidratante. A continuación, llega el momento de tu producto estrella: una crema hidratante, antiedad o que te aporte el beneficio que estás buscando en ese momento; encontrarás una amplísima variedad de productos con múltiples combinaciones de ingredientes que se adaptarán a tu tipo de piel y a tus necesidades.


¿Listo? Todavía no, queda una última aplicación no menos importante: la fotoprotección. Recuerda que la radiación solar es responsable de hasta un 80% del fotoenvejecimiento cutáneo. Incluye un protector solar como último paso de tu rutina de mañana y empieza la jornada con tu piel protegida contra el daño que produce la exposición al sol y otras agresiones como la luz azul y la polución.

¿Por qué es importante personalizar mi rutina de belleza?

La piel de cada persona es única, por eso es fundamental establecer una rutina de belleza personalizada que nos ayude a cuidarla y conseguir los resultados deseados. Este tipo de cuidado abre un amplísimo abanico de posibilidades, muchas veces cambiante.


Porque tu piel puede ser de varios tipos: normal, grasa, seca, mixta y sensible. Y porque tampoco requiere los mismos cuidados en verano que en invierno, ni es igual una piel joven que otra más madura. Incluso el momento emocional que estés viviendo puede afectar a las necesidades de tu piel.


Sobre este punto de partida podrás construir una rutina skincare personalizada y flexible, adaptada a lo que tu piel te vaya demandando. Puedes ir probando diferentes productos e ingredientes, valorando cuáles te ofrecen mejores resultados según los objetivos y las preocupaciones que tengas en cada momento. Tu piel cambia constantemente, y los productos que forman tu rutina deben adecuarse a esos cambios naturales de la piel.

¿Cómo personalizamos la rutina de belleza en ISDIN para que se adapte a cada tipo de piel?

Antes de nada, es muy importante que sepas cómo tienes la piel, un dato que te permitirá hacer una primera selección de productos adaptados a tu tipo específico de piel. A partir de aquí será más sencillo elegir los productos que cubrirán el resto de tus necesidades


Hay 5 tipos de piel: normal, grasa, seca, mixta y sensible. Y estas son sus características:


  • Piel normal: su textura es uniforme, sin imperfecciones, manchas ni poros abiertos; es una piel equilibrada, suave y resistente.
  • Piel grasa: presenta un exceso de producción sebácea y suele tener imperfecciones, granitos, poros dilatados y brillos; debido al exceso de grasa, tiende a parecer sucia fácilmente.
  • Piel seca: tiene un déficit de retención de agua y le falta hidratación; las glándulas sebáceas segregan menos sebo, le cuesta mantener la humedad y suele descamarse y enrojecerse a menudo, provocando sensación de irritación o picor; es más propensa a la aparición temprana de arrugas y líneas de expresión.
  • Piel mixta: presenta un desequilibrio, ya que existe un exceso de sebo y brillos en la zona T (frente, nariz y mentón); la piel del resto del rostro puede ser normal o seca, sobre todo en las mejillas.
  • Piel sensible: tiende a enrojecerse con facilidad por diferentes razones, sobre todo en la frente, la nariz y las mejillas.

El siguiente aspecto a tener en cuenta es el rango de edad, ya que una piel joven no requiere los mismos cuidados que una piel más madura. La veintena es la etapa vital en que el cuerpo se encuentra en su cénit, pero también debes dedicarle cuidados específicos a tu piel durante esta fase. Es, además, el mejor momento para empezar a cuidarla, iniciarte en los secretos de las rutinas skincare y adoptar unos hábitos de los que podrás beneficiarte el resto de tu vida.


A medida que cumplimos años, especialmente a partir de los 35, las funciones de nuestra piel comienzan un declive paulatino y natural. Está en nuestra mano ralentizarlo y minimizarlo con unos hábitos de vida saludables, incluyendo rutinas de cuidado específicas para nuestro tipo de piel y adaptadas a las necesidades que tengamos en cada momento.


Independientemente de la edad y tipo de piel que tengas, hay un factor importantísimo que debemos tener interiorizado: la fotoprotección. El protector solar nos ayudará a prevenir y revertir el envejecimiento cutáneo ocasionado por la radiación solar, que se manifiesta en la piel a través de signos como arrugas, manchas y pérdida de luminosidad. Hay un fotoprotector facial perfecto para ti, ¡encuéntralo y tenlo siempre a mano!