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Piel seca
¿Qué puedo hacer si tengo la piel muy seca?
Si sientes que tu piel está siempre muy seca, áspera e irritada te recomendamos cuidarla con productos específicos que te ayuden a reducir la incomodidad y a sentirla más confortable.
La piel seca ocurre por una alteración en la función barrera de la piel, generalmente debido a un funcionamiento alterado de las glándulas sebáceas o por diferentes causas genéticas o inmunológicas que alteran la función barrera cutánea. La barrera de la piel protege y previene la pérdida de agua pero, si no funciona correctamente, se reseca y se vuelve áspera, tirante e incómoda. Si estos signos no remiten o son extremos, puede volverse muy seca y presentar también irritación y grietas.
Es crucial adoptar una rutina con los productos cosméticos adecuados para poder revertir estos signos y ayudar a la piel a mantener su función barrera lo máximo posible.
¿Cuál es la diferencia entre piel seca y deshidratada?
La principal diferencia es que la piel seca es un tipo de piel mientras que la deshidratación es una condición de la piel.
Para entendernos: las características de la piel seca o muy seca son permanentes debido a que la función barrera no es capaz de retener el agua y el sebo correctamente.
Por el contrario, la piel deshidratada es una situación transitoria que puede afectar a todos los tipos de piel en algún momento puntual, debido a una disminución en la ingesta de agua o un aumento de la pérdida de agua por sudoración excesiva o por calor..
¡Así pues, si tienes la piel grasa también puede deshidratarse en algún momento! De repente, la piel presenta tirantez, sequedad e incomodidad por diferentes causas, como el frío y el viento en invierno, una exposición solar intensa sin protección o cambios bruscos de temperatura.
¿Qué le falta a una piel deshidratada?
A la piel deshidratada le falta agua por un déficit general o una pérdida excesiva en un momento puntual que permite la evaporación de agua transepidérmica por ejemplo al sudar o al estar mucho tiempo expuesto al sol o a temperaturas extremas. En estos casos se trata de una deshidratación asociada a una piel seca de forma temporal.
¿Cómo sé si mi piel es seca o extremadamente seca?
Los signos de una piel seca son tirantez, incomodidad, picor, falta de elasticidad, rojez y falta de luminosidad. En las pieles extremadamente secas se asocia además a una gran descamación y hasta a la aparición de grietas. Si crees que tienes estos signos, lo más recomendable es que acudas a tu médico o dermatólogo para evaluarlos y determinar la mejor rutina a seguir.
¿Cómo puedo hidratar la piel extremadamente seca?
Si tu piel es muy seca, es recomendable utilizar productos que ayuden a mantener la hidratación (agua) y la nutrición de la piel, ayudando a restablecer la función barrera natural.
Elige un sérum, crema o loción hidratante diaria específica para piel muy seca o descamativa, que contenga ácido hialurónico, urea, ácidos grasos omega 3 y 6, todos ellos ingredientes que ayudan a mantener en condiciones óptimas la función barrera de la piel. Aplícala un mínimo de dos veces al día, para ayudar a aliviar la sequedad y sus síntomas.
Además, también puedes seguir estos consejos que te ayudarán a proteger la piel muy seca:
- Limpia el rostro con un limpiador suave y de textura preferentemente oleosa - que ayude a mantener la hidratación de la piel.
- Aplica protección solar - cada día del año en el rostro y en las zonas descubiertas del cuerpo cuando vayas a exponerte al sol. Elige un protector de protección alta (50) o muy alta (50+).
- Mejor una ducha que un baño - pasar más de 10 minutos en el agua puede agravar los síntomas de la piel muy seca o la condición de la piel deshidratada.
- Elige un gel de ducha suave - con ingredientes de reconocida acción hidratante, como la urea, que ayude a respetar la barrera cutánea de la piel.
- Usa un humidificador en interiores muy secos o calientes - la sequedad del ambiente y las calefacciones pueden empeorar el picor y la descamación.
- Elige fibras como el algodón o el lino - evita las fibras sintéticas y la lana. Esta última, aunque es natural, puede irritar la piel y provocar picor.
- Si sientes mucho picor y escozor - procura no rascar la zona y consulta a tu dermatólogo para que evalúe la situación.