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¿Qué es la alergia solar*?

*erupción polimorfa lumínica

La alergia solar es una condición cutánea en la que aparece una respuesta anómala ante la exposición al sol que comporta signos como inflamación, picor y rojeces, que aparecen con las primeras exposiciones al sol  en primavera y verano. Esta erupción aparece porque se desarrolla una especial sensibilidad a la luz solar.

Si crees que tu piel puede presentar alergia al sol, es importante que le prestes atención ya que puede aparecer inmediatamente o minutos después de las primeras exposiciones al sol y suele desaparecer al cabo de unos diez días, aproximadamente. Si los síntomas se agravan, es importante que consultes con tu dermatólogo para que determine el tratamiento a seguir. 

¿Cuáles son los signos de la alergia al sol?

Los signos de la alergia solar aparecen 30 minutos o varias horas después de la exposición solar solo en las zonas que han estado expuestas al sol. Suele aparecer en forma de sarpullido inflamado que produce mucho picor. 

¿Cuánto tiempo dura la alergia al sol?

En la mayoría de los casos, los signos de la alergia al sol duran pocos días, durante los cuales es recomendable evitar la exposición solar hasta que esta desaparezca. En caso de que sea muy extensa, dolorosa y se acompañe de fiebre, debes de consultar con el dermatólogo 

¿Cómo puedo reducir o prevenir la alergia solar?

Lo más recomendable en casos de alergia solar es realizar una exposición solar progresiva en las épocas del año en que el sol es más intenso y, sobre todo,  utilizar una fotoprotección específica. 

Además, los complementos alimenticios con ingredientes antioxidantes pueden ayudar a prevenir los signos de la alergia al sol. Pero recuerda: antes de introducirlos en tu dieta es importante que consultes con tu médico si puedes tomarlos y cómo hacerlo. 

Aún así, hay muchas zonas del cuerpo (como el rostro, las manos o el escote) en las que no es tan fácil realizar una exposición solar progresiva. En estas zonas, es recomendable el uso de un protector solar específico para la piel con tendencia a la alergia solar, que puede ayudarte a reducir el picor y la erupción. Utilízalo de forma generosa dos veces al día y acuérdate de que es muy importante reaplicar el producto cada 2 horas mientras te expongas al sol y siempre después del baño o de mojar tu piel.

Además, estos consejos también pueden ayudarte a proteger tu piel 

Evita el sol en las horas punta del día -  entre las 12:00 y las 4 h, cuando la radiación solar es más intensa. 

Intenta no exponerte de golpe al sol - y ve aumentando de manera gradual la cantidad de tiempo que pasas al aire libre, para ayudar a que tu piel se adapte a la luz solar.

Utiliza gafas de sol y sombreros o gorras de ala ancha  - para aportar un extra de protección a la piel del rostro.

¿Qué es el daño actínico?

¿Has oído alguna vez la frase “la piel tiene memoria”? Pues precisamente se refiere al daño actínico. Y es que el daño actínico es la acumulación  del  daño causado en las células de nuestra piel (específicamente en el ADN) y que puede desencadenar la aparición de lesiones precancerosas, como las queratosis actínicas. Si bien esta patología es más frecuente en personas de con de piel y cabello claros, actualmente la queratosis actínica afecta cada vez a más personas, debido al aumento de la exposición solar en los últimos años, en muchos casos sin la protección solar adecuada. También es más frecuente en personas que han realizado bronceado artificial con lámparas UVA. En cuanto la queratosis actínica aparece es muy importante tratarla de inmediato ya que potencialmente podrían convertirse en un cáncer de piel (carcinoma de células escamosas).

¿Cómo se produce la queratosis actínica?

La exposición solar a diario produce alteraciones en las células de nuestra piel pero habitualmente puede ser corregido por nuestro propio organismo pero debido a ciertas patologías o bien por una exposición excesiva  sin protección solar adecuada, se supera la capacidad de reparación natural  y se acumulan  las lesiones en las células cutáneas. Estos cambios persistentes en el ADN celular de la piel, pueden provocar un crecimiento anormal de las células de la piel que origina la denominada queratosis actínica. Es más frecuente en personas de edad avanzada (ya que es un riesgo acumulado) pero personas más jóvenes pueden también presentarlo si la exposición solar es muy alta. Las personas que tienen más riesgo de desarrollar este problema son aquellas que tienen piel clara, trabajadores  al aire libre,  personas de mediana edad con antecedentes de quemaduras solares, aquellas que ya han sido diagnosticadas con anterioridad de queratosis actínica y aquellos grupos de personas que han recibido un trasplante, están inmunodeprimidos y los pacientes con diálisis renal. En estos casos el riesgo es altísimo.  Para prevenir la queratosis actínica es muy importante el uso diario de protectores solares de muy alta protección a diario, es decir,cada vez que estés al aire libre y, sobre todo, cuando vayas a exponerte al sol de forma continuada. En verano o en caso de exposición solar continuada, por ejemplo al hacer deporte o por trabajo al aire libre,  es crucial renovar la protección solar cada dos horas como mínimo y después de cada baño o sudoración excesiva.

¿Cómo se manifiesta la queratosis actínica? 

Aunque pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, es más frecuente que aparezcan en las zonas más expuestas al sol, como la cara, el cuello, las orejas, el tórax, las manos, las extremidades y el cuero cabelludo, siendo esta ultima la más frecuente en personas con alopecia. Normalmente suelen ser  manchas cutáneas rugosas, de color piel, rojizo, rosado o una combinación de colores de tamaño pequeño (1 o 2 cm). Alrededor de estas manchas visibles existen otras mucho más pequeñas e invisibles a simple vista que se nota como una zona seca, rugosa y escamosa.

¿Cómo se trata la queratosis actínica?

Ante la presencia o sospecha de queratosis actínica, debes acudir a tu médico para que evalúe la situación y determine el tratamiento más adecuado a seguir.